domingo, 17 de julio de 2016

Llora como demócrata lo que no has sabido defender como dictador.



    A lo largo de la historia de varios países se ha escrito las mismas letras. Ahora ha tocado un golpe de estado fallido y una posición que sale reforzada. Así de sencillo. Ya está.
   Te suena? Detrás de cada movimiento de estos hay una incontable cantidad de intereses sociales, comerciales, estrategias geopolíticas y movimientos de inteligencia, tanto antes como después de cada hecho, que afecta a un cambio de dirección política y social en la mayoría de los países. En España también tenemos ejemplos.
    Detrás de todo ese tipos de movimientos hay una cantidad inmunda de situaciones de carácter criminal e inmoral que, en nombre de la libertad y la democracia, cometen nuestros organismos de inteligencia. Como en el fallido golpe de estado de Turquía.
    Lo que pasa es que Erdogan ha resultado ser el Chávez de Europa. Dicho así, sintéticamente en forma de viñeta.
    En este caso, el presidente electo turco se ha desatado con mas flexibilidad estratégica que la que quería imponer el bando occidental. De qué forma? Cocinando una situación que le llevara al llegar a la posición en que está ahora, pidiendo los apoyos estratégicos clásicos en este tipo de embates (CIA-golpes de estado) , y además resolviendo, por ahora, los costes que le podría acarrear.
    En cualquier país pseudo-occidental el quitarse de encima una oposición dura, un sistema mafioso paralelo a la mafia del gobierno, una linea en contra dentro de la fuerza militar, de un plumazo, llegaría a resultar incluso muy antidemocrático para sí mismo. Así que es recomendable ir preparando una situación donde incluso le lleguen a aplaudir por haber solventado una necesidad inventada para el bien de los conciudadanos.
    En el caso resiente, nuestro héroe popular ha sabido volcar sobre sus opositores toda la maquinaria necesaria para acallar a unas voces que dejaban en evidencia la falta de recelo, que ha podido tener su gobierno en hechos punibles dentro de su sistema legal. Y así seguir ejerciendo su papel de mano dura con sus convicciones personales sobre las civiles, demócratas, morales y legales.
    Hasta ahí todo normal dentro de cualquier pedido de un golpe de estado para llevar. Lo verdaderamente esperpéntico para el apoyo occidental es que Erdogan ha sabido gambetear la real intención de su bienintencionado colaborador. La CIA pretendía sacarse de encima a un títere incómodo. Pero en vez de eso ha favorecido, como en muchos otros casos, que su aliado se torne mas difícil, dándole todas las ventajas de un trabajo hecho, y una cuenta que va a tener que renegociar cuando se esperaba cobrar de una sola vez.
    Como ilustración de lo acaecido tenemos a el extraoficial portavoz de la CIA rindiendo cuentas tras haberles quitado la cartera.
    Lo triste de todo esto es que entre ladrones anda el juego. Y que en zonas como el sur de Europa, afortunadamente, no se llegaría a estos duros hechos porque la sociedad admite de mejor grado todos los inconvenientes de pertenecer a el mundo occidental.

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