domingo, 14 de febrero de 2010

Ídolos

Libertad inmerecida


   Parece mentira que aún así existamos sobre la faz de la tierra.  Parece mentira que aún podamos, como hago yo ahora, opinar. La libertad de expresión es un logro no ya de nuestros anteriores sino una condición de origen espontaneo en civilizaciones en vías de desarrollo. Huy, que amplio concepto. Pero esa libertad no nos la merecemos. Debería estar reservada a gentes con agallas, a personas que realmente quieran y necesiten tener voz. En los colegios y hasta las universidades deberían hacer carnets por puntos para que estudien solo personas con criterio escéptico. Por Dios que digo, no debería negarle el pan a los desdentados, pero si garantizarlo a los mordientes.
   ¿Cómo es posible que una sociedad como la nuestra no replique los temas tan duros de los que somos protagonistas? ¿O no es cosa nuestra las guerras creadas a base de enemigos inventados? ¿O la política de control médico, o de “científicos” que son subvencionados para apoyar determinados resultados? Y sería un sin parar. ¿Qué estamos haciendo? ¿O lo que no hacemos?
   En otros países una nota como ésta en un blog es a día de hoy una condena de cárcel, persecución o muerte. Y aquí es tan solo una pequeña página de un iluso que podrían etiquetar de ingenuo reaccionario, con suerte. Unas insignificantes palabras que se ahogan en internet.
   Y sigo sin explicármelo. No me cabe una actitud tan pasiva. Es como si entregáramos todo nuestro patrimonio y nuestro futuro al difícilmente descriptible desconcierto que gobierna el mundo y nuestro país. Una sin razón que se atreve a mostrarnos partes de la realidad como tenebrosa burla. Y nosotros impávidos. Si es que no nos la merecemos.
   Justo hace poco criticaba a un compañero marroquí, que alardeaba de la libertad que tiene aquí, que ni conocía todos sus derechos y ni los entendía. Ojo, yo tampoco soy muy ágil en la materia. Y es que la mayoría sabemos que tenemos derechos pero no sabemos ni cuales, ni cómo reclamarlos. Pero sobre todo no sabemos hasta dónde tenemos que llegar para defenderlos. No se sabe darle el valor que tiene a la libertad de expresión, entre otros.
   Lo que me lleva a otro despropósito. El cambio de valores. ¿La honradez es un valor? Para una sociedad tan contaminada no lo es. Y contaminada por contagio. Porque el mal moral se contagia como una enfermedad infecciosa, y hace que nuestra percepción de los valores se desvíe. El gran mal de nuestra sociedad es la corrupción. Todos los estamentos sociales están sumidos en la maloliente mafia. Si antaño era la de contrabando y extorción, hoy en día se ha instalado en la política, gran regidora de nuestro quehacer. Y no es un grupo de personas, ni siquiera unas familias. El valor del poder, del tener, del mal hacer está por todo. Desde la prevaricación hasta el “para que lo robe otro me lo llevo yo”, el “no seas tonto quédatelo”, “no me des, ponme donde haya”.
   Nos merecemos que grupos políticos arrasen con sus intereses nuestro entorno, que se lleven toda nuestra forma de vida, casi todo nuestro salario, y nuestra dignidad. Nos lo merecemos. Y más. ¿O es para esto que necesitamos libertad? En Mallorca se hizo una convocatoria de manifestación en contra de la corrupción. Solo quineintas personas acudieron. Y no es extraño que la mayoría fueran jubilados. Los demás consideramos más importante ir ese día a trabajar.
   Estamos usando a la libertad para malgastarla. Es una escusa para actuar incívicamente e inmoralmente. Por cuanto a cada paso que se dé para cohibirla nosotros miraremos para otro lado, o tan siquiera se lo diremos al vecino o compañero para calentarle la oreja. Sin otro fin. En los países desarrollados y en otros que no lo están así etiquetados, se ha hecho manifestaciones en contra de la política de vacunación obligatoria. Hasta en U.S.A. Y aquí solo el colectivo de médicos y enfermeras se opuso a la medida, con la única voz de que los dejaran en paz o decían su opinión al respecto. En todo el mundo se critica cuando algún estamento pone cortafuegos a internet, se denuncia cuando algunos países censuran hasta la red, y hay víctimas en ello, pero aquí tan solo se ha hecho una mención en contra de la nueva ley permitirá bloquear páginas de forma tan efectiva y rápida como cuando se denuncia un hecho de violencia de género o se localizan terroristas. Por lo visto, van a hacer con nosotros lo que quieran sin tan siquiera replicar.